sábado, 9 de julio de 2011

La diplomacia de las cañoneras, una interpretación... a partir de una imagen.



Julio A, Roca y Victor Manuel III comentando las noticias de un periódico.
(Caricatura de Cao para 'Caras y Caretas', año 1902).
Viene a mí a rememorarme una imagen sobre un episodio (o una serie de episodios) de la política exterior de nuestro país, poco conocido en la literatura escolar, una de las tantas caricaturas como tantas de las grandiosas ilustraciones de José María Cao Luaces para 'Caras y Caretas'.
Cabe preguntarse entonces, ¿Por qué Cao ilustra a Julio A. Roca y el recientemente ungido Rey de Italia, Víctor Manuel III, donde el primero le lee aparentemente le esta comentando las noticias que lee de un periódico?
En un texto de sobre inmigración italiana de Fernando Devoto, este nos habla de la tensión que había surgido entre el Estado argentino y el Reino de Italia como para que este último dispusiera de algunos barcos de guerra frente a los puertos de Rosario y Buenos Aires apuntando sus cañones, intimidando a los gobernantes de turno a cumplir, o favorecer las demandas de estas potencias extranjeras... bien conocida es la acción que llevaron adelante alemanes, británicos e italianos frente a las costas de Venezuela en 1905, pero poco se dice de lo que pasó antes por aquí.
Desde los años de 1850, se produce la llegada cada vez mayor a nuestro país de inmigrantes de origen italiano, debido a las cadenas migratoria que se habian gestado desde 1830; pero esta migración sera masiva a partir de la decada de 1870, cuando en el norte de Italia se sientan los efectos de la incorporacion de la region al mercado mundial productor de cereales mediante la comercializacion de granos (y la consecuente caida de precios debido al auumento de la oferta), lo que provocara que muchos dejen sus tierras y se trasladen primero a las ciudades, y luego a los puertos, donde iniciaran su viaje hacia America. No olvidemos que aquellos italianos que estan en esta region hacia 1830 son comerciantes y navegantes (cuando no faltaba algun corsario como Giusseppe Garibaldi), lo que hacia que tuvieran necesariamente contacto con los puetos de Genova, Venecia, Trieste, Luca, etc.
Brevemente, asi es como se instalan principalmente en las ciudades portuarias a las que llegan y emprenden sus trabajos y fundan sus primeras asociaciones mutuales. Pero además de cumplir  asistencia y ayuda al inmigrante recién llegado al país, estas también tienen un carácter político, como lo podemos observar a través del nombre de algunas de ellas: la más difundida ‘Unione e Benevolenza’; y a partir de 1870, con nombres que hacen mas hincapié en el sentir nacional, frente al problema interno de los particularismos, como Asociación de Ayuda L’Italia; Asociación Italiana de Socorros Mutuos; Asociación de Ayuda La Terza Italia, etc... son algunas de las denominaciones que se les dieron. Estas sociedades se constituyeron en uno de los pilares fundamentales de todas las actividades progresistas de los pueblos en el interior, que en las primeras épocas poseían estructuras municipales muy precarias
Victor Manuel III
Un caso, en la ‘Unione e Benevolenza’ de Santa Fe, el 10 de agosto de 1877, la sociedad fue honrada con la visita del Señor Ministro de Su Majestad, el Rey de Italia Humberto I, Marqués Spinola acompañado del Secretario G. Verassio y el Señor E. Gualterio, Segundo Comandante de la Cañonera Italiana "Confienza". El objetivo de la visita de tal eminente personaje, era informarse personalmente sobre el trato que recibían los italianos aquí residentes por parte de las autoridades argentinas. En esta visita se solicitó al Marqués Spinola, estudiase la posibilidad de procurar un agente consular con residencia en esta Capital, a fin de que tutelase los bienes y los derechos de los connacionales. Dado el gran número de asociados, el Ministro de Su Majestad aconseja la creación de una escuela, inquietud que ya estaba fermentando en el ánimo de nuestros hombres, pero la sociedad tenía otras prioridades, tales como cancelar la deuda por la compra de los terrenos para el edificio social. O bien no las tenían.
Ante esta situaciones que se presentaban en el país, generó una desconfianza desde las clases dirigentes argentinas al observar que estos no se nacionalizaban argentinos y que se constituían en un grupo endógeno, ajeno al acontecer  político, social y cultural de estas tierras. Esa desconfianza se basaba en la percepción que tenían en que estos inmigrantes fundaran una colonia de Italia en el Sur de América. Vale recordar que, al empezar el siglo, el diario La patria degli italiani tiró más de 14.000 ejemplares en la Argentina, siendo el tercer periódico argentino en importancia. A través de este medio se impusieron las costumbres culturales y alimenticias italianas, y, sobre todo en Buenos Aires, el idioma criollo sufrió contaminación lingüística por obra de la emigración italiana. Tulio Halperín Donghi, refiriéndose a este proceso cultural, habla de la "omnipresencia inaprensible" de la comunidad italiana en la Argentina, no tanto en términos de peso político, sino de poder en el terreno social y lingüístico-cultural.
El problema del criterio a aplicar para establecer la nacionalidad de los hijos de inmigrantes nacidos en la Argentina fue muy importante en los casos de Italia y España, dada la enorme contribución de ambos países en el total del torrente migratorio dirigido al país sudamericano. El código civil italiano declaraba en esa época a los hijos de italianos nacidos en la Argentina como italianos, aplicando el ius sanguinis; en cambio, las autoridades argentinas proclamaban el ius soli, priorizando el lugar de nacimiento de los hijos de inmigrantes -es decir, la Argentina- y no la sangre como elemento definitorio. De acuerdo con el último criterio, los individuos tienen la nacionalidad del suelo donde nacen. Para enfrentar este inconveniente, el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino instruyó a la Legación argentina en Roma que combatiese la disposición del código civil italiano. Uno de los proyectos presentados por el ministro argentino en Italia fue el de relevar del servicio militar obligatorio a los hijos de italianos nacidos en el extranjero.
La colectividad italiana llego a tener importantes intereses económicos en el país, que además de los industriales, también se cuentan los financieros, como el caso del Banco de Italia y Rio de la Plata, entidad local surgida en 1872, y que nucleaba los negocios de la comunidad… y del envío de remesas a la península, importante salida de dinero del país y que preocupaba a las autoridades de entonces, sobre todo en momentos de crisis.
Pero es a partir de 1877, cuando el estado italiano, frente a la crisis surgida en el comercio agrícola con Francia, comienza a prestar atención a estas tierras, que bajo el impulso ideologico de la 'civilización' comienza una política de roces con el  Estado argentino, a quien ve como tiene un trato diferencial con los italianos.
Julio Argentino Roca
Entre estos casos de injusticia manifiesta, o de ligereza más bien dicho, puede citarse el reciente suceso del diputado Roux del Parlamento italiano, quien con motivo de una interpelación al ministro de Negocios Extranjeros sobre protección a los italianos en el exterior, se expresó en términos agresivos y violentos contra las repúblicas sudamericanas, comprendiendo a la República Argentina, por la cita que hizo del asunto de cierto Caetani, que fue resuelto hace más de dos años sin que la Legación italiana, a quien se comunicó la resolución, hubiese expresado ninguna intención de reclamo posterior.
Estas palabras y los escritos del senador Boccardo incitando al Gobierno italiano a colonizar la América del Sur, que han visto la luz en muchos diarios europeos, trajeron a nuestro país ciertas alarmas, que son por muchos motivos completamente infundadas.(...) La emigración es la válvula de escape a la población exuberante, y la tarea de los gobiernos europeos debería ser estudiar los países hacia donde deben dirigir esa corriente recíprocamente benéfica, en vez de crear resistencias e inconvenientes como las que acarrean las pretendidas protecciones a sus súbditos y las injustas apreciaciones de hechos y de instituciones de los países americanos.(...)
Quizá la acción de las redes sociales las que llevaron a un entendimiento y el comienzo de un proceso de asimilación (y aculturación criolla) de los italianos residentes en el país. Durante el segundo gobierno de Julio A. Roca, llega como secretario de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el abogado y jurista Antonio Tarnassi, vicepresidente del Circolo Italiano, debajo de Juan Ambrosetti, presidente del directorio del Banco de Italia y del Río de la Plata.
En el año 1906, la colectividad italiana fundó la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos que cumplió con numerosas funciones, como organizar durante muchos años los festejos patrios argentinos, ya que la población nativa era reducida. Se comenzaban a vislumbrar los cambios producidos por la acción política.

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